Nomás que
haciendo la plancha, la Cristina gana por varios cuerpos, reza de entrada el
Rengo Marinelli, apuntándole un dedo a la pizarra estadística que cuelga de la
ganchera.
Indiferencia
asoluta en la mesa de costumbre, no es novedá. Desgano o apatía de la mersa, la
cosa es preocupante. A dos semanas de la gran cuadrera elecionaria, llama la
tensión que tan poco se parle de lo que viene. Mustia la yeca, cero pintada y
poco cartel, nomás cada tanto una mesita de campin con la purretada repartiendo
volantes más sosos que ensalada de lechuga sin sal, nomás con la jeta de un
candidato mistongo, sonrisa Colgate, retrato fotoyop y consinna más melosa que
teleteatro colombiano.
Más que
preocupante una cagada, fundado argumento del profe José Ricardo Sampietro que
traigo a colacción en esta distinguida mesa a cuento de que quiso la gracia me
lo encontrara vez pasada en el gran pinic de la primavera organizado por el
glorioso. Varón jubilado de la ciencia dura, matemático dotorado en Milán y
filoso lenguaraz, sabido es que donde hay vino del común, choripán y orejas que
lo escuchen, allí está el hombre batiendo su justa. Así que nomás se me apelechó, vaso plástico
de Uvita dulce en la zurda, otro igual en la diestra pa convidarme, tiró de un
saque: ya ni pa versearnos se toman la molestia, hermano, mucho candidato,
mucha caripela pero minga de propuesta.
Difícil
discutirle al profe Sampietro, más mejor dejarlo parolar hasta que se le seque
el garguero. De la contra ni hablar, como que tampoco me importa, siguió
diciendo, pero sí del kirrnerismo, y a ver si nos entendemos, ¿qué sinnifica
eso de profundizar el modelo? ¿Hay un plan? ¿ideas posta? ¿Pa dónde vamos? ¿Reforma
del sistema impositivo, del sistema de salud, del sistema educativo? ¿Reforma
costitucional? ¿Costrución de un nuevo poder político popular? Y sonrisa sobradora
del profe Sampietro: ¿socialismo
nacional?
Demasiadas preguntas
para un escriba que poco manya del asunto. A mi ver, hay un proyeto más o menos
piola, le esputé como venía, lo de la ciencia y ténica, los de los polos
industriales. Pero el profe me madrugó certero: Mirá, pibe, la cosa es que si
no tirás un cambio el motorcito se te queda en segunda y cagaste, las leyes
naturales del capitalismo te garcan a la final
y sos pan comido para las fieras. ¿Capishe?
Mutis meditante
de este escriba y vacío el vaso de Uvita. Sin nafta se me achicharra la lengua,
me dijo el profe, dio media vuelta y se fue como hinotizado atrás de la hija
del tano Martella que justo pasaba por ahí moviendo un budín molumental que
ispira hasta los muertos.
Pinic bacanal
que amerita la primavera desde el tiempo de los grecios, mantelito a cuadros sobre la graminia,
sánguches de mortadela y salame, naranjada pa regalar, la comunidá boliviana
dijo presente y, como es costumbre, el maestro Franklin Hernando me convidó con
un vasito de chicha que no pude dispreciar. El comandante Evo no la tiene
fácil, me sacudió de sopetón, la derecha reacionaria imperialista lo quiere
voltiar y hoy más que nunca los revolucionarios de la madre tierra precisan de
gobiernos amigos en América Latina.
Albañil
especialista en revoque fino, esquisito trapecista de los andamios, hijo
pródigo del Alto paceño, humildá a prueba de balas y diplomado en la historia de Koyasuyo, según
afirma, Franklin Hernando se apunta recatado y afín a la no intervención en los
asuntos internos de un país hermano que le ha dado cobijo, me reconoció, pero
el brebaje del maíz ancestral me baila un taquirari en la boca. La presidenta
Cristina tiene la bendición del Inti y la Pachamama, apoyo irrestrito del proletariado
revolucionario boliviano y de los heroicos pueblos originarios, brindó sin
hacerle asco a la chicha, salú camarada.
Bien que la
menesunda etílica me daba cosquillas en la barriga, enderecé los pasos a como
pude pa responder al saludo del turco Jazzal, cumplidor al festejo fulgúrense
con toda la parentela alrededor de una mesa de campin. Fatay a discreción,
yagwarma de rechupete y como fasos envueltos en hojas de parra, el turco me
convidó con un anisado de propia fatura que me pegó como trompada de Casius Clei. Alá es grande,
me dijo, su visión que todo lo abarca hoy acompaña la primavera árabe pero no
manya baclava con vidrio. Atrás del bolonqui se apilan los mannates petroleros de la vieja Europa, caso Libia y
Yemén, así que atenti a la estrilada.
Ex secretario del
Centro Sirio Libanés, maestro tapicero y titular de Sedería La Fabulosa, don
Raúl Jazzal se ha gastado fortuna en naipes y mujeres. De esposa, una que lo
soporta, pero de queridas varias, no es de estrañar que se haya enamorado
también de la presidenta después de la cuarta copa de anisado. Gema del Sahara,
me dijo, Cleopatra más linda que la que se manducó al Marcantonio, envidia de
los Césares, tiene labia e inteleto de estadista, polenta y decisión, cómo
dejar de apoyarla en todos los sentidos, siguió el turco regalando un guiño de
ojo, además la sedería anda un kilo en ventas. Ponele un gancho que Alá la
ilumina, concluyó.
Y así que seguí
la recorrida en el gran pinic, las tres copitas de anisado agregadas al Uvita y
a la chicha me empezaron a dar como retorcijones. Canchita de fulbo, arcos
improvisados con piedras y palitos, había que ser mago pa saber dónde estaba el
travesanio. Que fue gol o no, adentro o afuera, el gordo Palestra mandó a todos
de paseo y así dijo, ma sí, métanse el fulbo en el culo. Escusa, me aclaró
aparte, la verdá que estoy muerto y ya me dan calambres en el glútio. Vení que
te invito una cervecita.
Cuarentón
sencillo el gordo, de política no cazo uan, me alvirtió, de eso entiende la
bruja. Es decir, Carmencita, la esposa atual, que apenas nos vio venir, como
presagiando intenciones, peló de la yelera de tergopol una botella de Quilmes.
Dama de pocas
pulgas y lengua rápida, delegada de la testil hasta la quiebra, combativa puntera
de barrio, Carmencita opina sin que le pregunten. El problema son los buitres, me
explicó, y hay muchos que van al acecho pero el más peor es el Manco. No
entiendo a la Presi. En estas eleciones, cualquier candidato con la bendición
de ella ganaría sin despeinarse, ¿para qué darle aire al motonauta?, ¿cómo te
lo sacás de encima después?, ¿o es que el proyeto se termina en cuatro años?
Conozco la fauna desde adentro, nene, si no limpiás cuando tenés banca, te
morfan en cuadraditos con el primer trompezón.
Bien fría la
Quilmes, una delicia pal garguero. Sentado en la graminia, el pinic me daba
vueltas y la voz de Carmencita era como una melodía que venía muy de lejos. Por
eso lo banco al gordito Sabatella, sería catástrofe que el Manco sacara más
votos que la Presi, alcancé a escucharle y chau, no me acuerdo más.
Tranca espelunante,
susurra ahora el Negro Gutiérrez, el de la gomería de Cintura, el problema es
la mezcla y encima hablando de política, peor. Por eso, yo cuando tomo un
ferné, prefiero hablar de minas o de fulbo.
Negro bruto, vos
ni con té con leche podés decir nada en serio, trina la Divina Colombres desde
atrás del mostrador, a mí lo que me preocupa es que murió el estiviyós.
Silencio
sepurcral. ¿Quién?, pregunta del fondo. El de la computación, sigue la Divina,
el de la manzanita, dicen que nos vamo a quedar sin interné porque era el
celebro de todo.
Silencio más
sepurcral. Si se me permite y con todo respeto por la señora, irrumpe el doctor
Salvatierra, me parece que está hablando pavadas. Lo escuché en la tele, aclara
la Divina. Escuchó mal, discute el boga. Escuché bien, insiste la Divina y lo
mira al Rengo Marinelli, dale, decile que vos también escuchaste.
Varón paciente
como pocos, el Rengo sigue estasiado con su pizarra estadística eletoral. Asegura
que si acierta en porcentajes, tiene conchabo firme en consultora de prestigio
internacional. Del Fulgor de Mayo a Wáyinton, dice, imaginensen lo que los voy
a estrañar.
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