Vista la machaza repercusión del
anterior reportaje que en exclusiva nos concediera Peter Parker, el Spidermán,
respecto del finado fiscal Nismán que conmueve al ispa todo, este cronista
siempre atento a la primicia apuntó el
trabuco como pa ganar un premio en las grandes ligas. Y así que así, con la
ayuda fenomenal del Pibe Garófalo, más que entendido en el filing tecnológico y
traductor de idiomas varios, armó una teleconferencia internética como pa dejar
colifatos a los seguidores del glorioso Fulgor. De un lado, y aprovechando su
paso por la Argentina, el agente británico del MI-6, James Bond 007, con el
tiempo contado según alvierte, desde una mansión en cantry del Pilar y pronto pa
rajar a su tierra natal. Tapín que mata, tragedia sport made in London, sonrisa
seductora, aclara de prima que esta fulo y depre. Y es que tal sarepe, el contacto
de los services que le habían dado en la ciudad porteña, una tal Romina Díaz,
nombre de guerra por supu, no solo era más fiera que la neblina inglesa sino
que encima era un Romino de toronja talle 42, doble agente de quién sabe quién
, que primero se le hizo el gomía y después casi lo ensarta en la zona roja de
Palermo a bordo de Chevrolet 400 tras una persecución fierrera de cuarta. En el
otro corner, el agente encubierto del MSS chino, Hui Ling, desde la piecita al
fondo de un súper mercado del barrio La Textil, que con la ayuda de su joven
hija Kumiko, la que atiende en la registradora del comercio y habla castellano
fluido, de alguna manera, asegura, se hará entender si quiere, y sino, dirá que
no entiende con la parsimonia oriental que lo caracteriza.
Así puesta las cosas, habilitada
la conexión lectrónica, se plantan las presentaciones del caso no exentas de
suspicacias. Y es que a decir de la verdad, el 007 y Hui Ling se junan de hace
tiempo, que fue cuando el service de su Majestad anduvo por Pekin atropellando
orientales con su Aston Martins DB5 descapotable y el mismísimo
supermercadista, entonces vigilante de tránsito, le requisó la maravilla
mecánica y nunca se la devolvió. Esta vieja enemistad se actualizó
recientemente, durante la marcha de los fiscales del 18 F, en medio de una
lluvia torrencial, cuando el agente británico protagonizó una enconada
batalla contra vendedores de paraguas de origen chino apostados en diversas
esquinas del centro porteño, presuntos agentes del MSS pequinés.
Con todo, cronista que juega por
abajo y pone la bocha al pie, no le anda con sutilezas pa encarar la conversa
que se apunta esclarecedora de la cuestión que nos atañe. De a uno por vez
plis, se le ruega, así arranca la exclusiva.
Yo: Según sarepe, caballeros, el
laburo de los espías por aquí viene a full, o lo menos está de moda. La Presi
descabezó a la SIDE, toda la mersa habla del Stiuso, pasó lo del fiscal Nismán,
versiones pa hacer dulce, en fin, nomás faltaba usté, señor Bond. ¿Qué anda
haciendo por acá?
007: Vine invitado a través de un
grupo de amigas, muy preocupados ciertamente por lo que está ocurriendo en la
Argentina. Ahora bien, si le revelara el objeto de mi misión en Buenos Aires,
dejaría de ser una operación secreta y yo no me llamaría James Bond (se ríe).
Eso sí, mi especialidad son los fierros y las minas, y es de interés para el
MI-6 y para mí en lo personal conocer el estado general del mujerío argento así
como de las calles principales y rutas de acceso en la ciudad de Buenos Aires. Sobre
las primeras, más allá del transexual que me chantaron de contacto, he
comprobado in situ la calidad superlativa de la mercadería que se ofrece.
Respecto de los fierros, el parque motorizado y las condiciones de tránsito son
francamente lamentables, lo que hace de difícil implementación toda aventura
automovilística de las que me gustan. ¿Vio cómo se me pegó el lunfa porteño?
Yo: ¿Podría ser más explícito, mister
Bond? Diversos analistas que sostienen la tesis del homicidio del fiscal Nisman
establecen con cierta lógica que sólo pudo haberse realizado a través de un
sofisticado mecanismo y a través de un personal altamente capacitado. De modo
que su presencia en Buenos Aires no deja de llamar la atención.
007: ¿Debo inferir que usted
supone que yo pude ser el homicida?
LING: ¿Puedo hablal?
YO: Ya estoy con usted, señor
Ling. Yo no supongo nada, mister Bond.
007: Pongamos las cosas en claro,
chabón. El tordo Nisman merecía una alta consideración de mi parte, no sólo por
sus aquilatados servicios a la causa de la libertad y su reconocida amistad con
nuestros aliados estadounidenses e israelíes. Era además, una extraordinaria
personalidad en el universo amatorio mundial, un hombre que supo combinar con
extraordinaria habilidad la ecuación trabajo-placer, a tal punto que su nombre
ha trascendido en el ámbito nocturno de diversas capitales europeas.
YO: ¿Puedo deducir que usted ya
lo habría conocido o tratado en dichos ámbitos?
007: Sólo por referencias. El
nivel de la merca femenina que rodeaba
al finado, aunque gaterío interesante, no estaba a la altura del universo que
frecuento. Es decir…
LING: En China siemple se
recuelda a Úlsula Andless. Bella señolita… ¿Puedo hablal?
YO: Un momento, señor Ling, ya
estoy con usted. Pero mister Bond, usted me dijo al comienzo que fue invitado
por un grupo de amigas. ¿Tiene alguna vinculación con la ex esposa del fiscal,
la doctora Arroyo Salgado?
007: Sólo le diré que una de
ellas es una diputada muy adepta a nuestro licor nacional escosés, excelente bebedora
aunque con tendencia al exceso. En cuanto a Sandy, es decir, la jueza que usted
menciona, (Arroyo Salgado), es una vieja amiga de la inteligencia
occidental, una dama exquisita, como usted dicen, “una turra de puta madre” (se
ríe).
LING: ¿Puedo hablal?
YO: Un momento, señor Ling. Podría
ser más específico, mister Bond, respecto de esa expresión. ¿Acaso su presencia
en la Argentina tiene alguna relación con la señora Arroyo Salgado?
007: Es mucho más complejo,
Marcial. Claramente, es de interés para su Majestad seguir atentamente los
sucesos en la región sudaca. Ciertas inclinaciones geopolíticas de las
dictaduras populistas en Argentina, Brasil, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y
Bolivia preocupan a Occidente Los acuerdos de negocios que varios de estas
dictaduras han realizado con Rusia y con China han significado enormes daños
económicos y financieros para empresas norteamericanas y europeas, lo cual
resulta inadmisible y pone en riesgo la seguridad del sistema global. No puede
soslayarse que ya el Satánico Dr. No tenía su base en Jamaica. Desde allí, la
organización Spectre planeaba un sistema de dominación mundial. En estas
condiciones, el doctor Nisman cumplió una excelente labor y es una pena su
desaparición física.
HL: ¿Puedo hablal, calajo?
YO: Bien, señor Ling, le doy la
palabra. ¿Usted también fue invitado a intervenir en la investigación del caso
Nisman? ¿Qué hipótesis maneja el MSS chino?
Kumiko: En primer lugar, dice mi
padre Ling, que no necesita ser invitado. Está instalado en el barrio La Textil
con próspero comercio. Pero eso no significa que no esté preocupado. La presencia
del señor Bond siempre trae consecuencias desafortunadas. Detrás de su aspecto elegante
y distinguido, se esconde una persona abyecta y despreciable, un asesino imperturbable,
frío y eficaz.
007: Agradezco los cumplidos del
señor Ling.
KUMIKO: Para mi padre, no son
cumplidos, mister Bond. En segundo lugar, la República Popular China no se entromete
en los asuntos internos de los países. Es una pena que el doctor Nisman se haya
suicidado, pero así son las reglas entre caballeros de inteligencia. En China
decimos, “cuando se te destapa la olla y nadie acude en tu ayuda, pequeño
saltamonte, muestra firmeza, equilibra tu zen o desaparece”.
YO; ¿Podría ser más explícito,
señor Ling?
KUMIKO: En la cultura oriental, un
desequilibrio del zen provoca peligrosas consecuencias para la salud. Como
dicen aquí, el zen del fiscal estaba hecho pomada. Una existencia plagada de irregularidades
lo hacía fácilmente controlable por terceros, es decir, por la CIA y el Mossad.
007: Filosofía barata. Pero
coincido con el agente Ling. Varones virtuosos como el doctor Nisman suelen ser
incomprendidos por la sociedad. En ciertos casos, cuando se llega a un límite,
no queda otra que auto eliminarse. Quizás estamos ante un caso de “double life”.
Como he escuchado por aquí, le daba sin
asco a la matraca.
LING: ¿Qué matlaca?
007: La matraca, mister Ling.
LING: Ling no es mister. Es un
camalada. Y la matlaca es un sano espalcimiento de niños.
KUMIKO: Mi padre se disculpa ya
que no comprende el concepto “darle a la matraca”. En China diríamos que el
señor Nisman era muy afecto a juegos sexuales, o en otras palabras, a modo de
pregunta, ¿cada pequeño saltamonte hace de su culo un pito?
YO: Por favor, ordenemos la
conversa. Parece llamativo que la señora Arroyo Salgado, parte querellante al
fin y al cabo, supuestamente interesada en esclarecer lo ocurrido, sea quien
interpone trabas permanentes a la investigación de la fiscalía. ¿Qué opinión
les merece?
007: La señora es una dama
inteligente y exquisita. Merece todo mi apoyo.
LING: ¿Ya la apoyó?
YO: Por favor, señor Ling, deje
hablar a mister Bond.
007: Al doctor Nisman se le abonaban
excelentes estipendios para llevar la causa AMIA y sostenerla según los
intereses estratégicos de occidente, lo que ustedes denominan, la pista iraní.
Para eso se le abonaba en pesos, dólares y shéqueles o dinares.
Lamentablemente, la señora Arroyo Salgado desconocía el total de los montos
ofertados y ciertas inversiones que su ex marido había desarrollado
oportunamente.
HL: ¿Puedo hablal?
YO: ¿Quiere decir, señor Bond,
que el fiscal Nisman recibía dineros de los servicios americanos e israelíes?
En tal caso configuraría un delito de traición a la Patria.
007: Eso lo afirma usted.
YO: Señor Ling, por lo que usted
ha podido conocer de los usos y costumbres nacionales, le parece que es común que los fiscales
federales reciban adornos contantes y sonantes de agencias extranjeras?
LING: (se ríe) Algentino lápido
si hay platita.
KUMIKO: Mi padre se disculpa. No
es su intención ofender al pueblo argentino. En la filosofía oriental…
007: Y dale con la filosofía. ¿Se
da cuenta, Marcial? Con los amarillos no se puede hablar.
KUMIKO: Le recuerdo al señor Bond
que cuando los sajones vivían en la edad de piedra, en China ya se elaborara la
exquisita porcelana tanto como se cultivaba el pensamiento.
YO: Por favor, tratemos de
ceñirnos a las preguntas. Señor Ling, ¿conoce usted a la doctora Arroyo
Salgado? Según algunos trascendidos, la jueza estaría investigando la
introducción de al menos tres agentes del MSS en un entrepiso de los vagones
recientemente importados de China…
KUMIKO: Parafraseando la expresión de mister Bond, la
señora resultó “más turra que el ex dorima” (se ríe). Sus vínculos con la CIA
se entrelazan a intereses personales respecto de la herencia del difunto. Conoce
todos los artilugios legales para hacer que la investigación sobre su muerte
naufrague en las aguas del mar. Dice mi padre que solo una vez compró en súper
chino y lo hizo a través de una mucama.
LING: Era palaguaya.
007: Facilonga, como las
orientales.
HL: Mujel china nunca fácil.
007: ¿Y la última chinita que me
comí en Bangkok?
KUMIKO: Dice mi padre que la supina
ignorancia del señor Bond lo asombra. La señorita Sun era coreana.
YO: Por favor, señores, no nos
vayamos por las ramas.
KUMIKO: Las de nuestro árbol
nacional, el ginko, pobladas de bellas hojas y flores, proveen de afamadas
sustancias para el tratamiento del alzheimer, el glaucoma, la circulación
sanguínea y las disfunciones sexuales.
007: Si Hui Ling presume que
necesito del ginko para mi actividad sexual con la señora Arroyo Salgado, por
cierto que comete gravísimo error.
KUMIKO: No es lo que Hui dice,
pero ya que el señor Bond lo menciona, en China afirmamos, “hay que tener
estómago para comer chop suey con mermelada de frambuesa”.
007: Basta de filosofía amarilla,
por favor.
LING: No es filosofía. Es
gastlonomía.
007: Conozco al señor Ling y sus argumentos
banales. Soy un agente de la su Majestad. No sólo tengo oficio. Me sobra pinta,
guita, minas y yantas. Hay que ver cómo
se pega el lunfardo argentino.
HL: El señol Bond me neflega.
KUMIKO: Mi padre se disculpa una
vez más. No quiere ser ofensivo.
YO: Por favor, ordenemos la
conversa, plis. Nadie discute su capacidad amatoria, mister Bond. A propósito,
¿conoce usted a la señorita Kadia Aidenbaum?
¿Tiene conocimiento de su presencia en Buenos Aires?
007: Me une a
Kadia una larga y cálida amistad. Fue de gran ayuda cuando debí enfrentar al
general Orlov, siendo que me contactó con Octopussy. Si tengo que elegir entre
alguna de ellas, la verdad… Quizás Octopussy fuera más juguetona. Kadia, cada
tanto, se enredaba con prejuicios de la Torá.
KUMIKO: Afirma mi padre que Kadia
Aidenbaum es agente del Mossad. Como
decimos en China, peligrosa como oso panda con sable kuan dao. Hace un tiempo,
intentó seducir a Hui, pero mi madre, Li, le aplicó un golpe de muay thai.
YO: ¿A la señorita Aidenbaum?
KUMIKO: No. El golpe shaolín fue
aplicado a Hui. Mi padre fue muy afortunado al sobrevivir. Luego, la agente
Kadia intentó sobornarlo y le ofreció dólares. Pero Hui sólo acepta yuanes.
YO: Por favor, una vez más,
tratemos de ceñirnos a las preguntas. ¿Pudo la señorita Aidenbaum tener
relación con la muerte del fiscal Nisman? ¿Tenía algún vínculo con el señor
Lagomarsino?
KUMIKO: En la idiosincrasia
oriental, la muerte es resultado y parte ineludible de un proceso, aún la
accidental o el suicidio. Como tal, es un punto final y a su vez no lo es, ya
que abre condiciones nuevas para la continuidad del desarrollo. La agente
Aidenbaum conoce muy bien lo que pasó en los atentados en la embajada israelí
en Buenos Aires y en la AMIA.
007: No soporto a los amarillos
cuando hacen filosofía.
YO: Por favor.
KUMIKO: La agente Aidenbaum sabe
muy bien por qué se suicidó el fiscal Nisman, tanto como conoce el entramado
por el cual se hizo del mismo un escándalo internacional afectando al gobierno
argentino. El agente Bond también sabe. A veces, una noticia propagada por los
medios dominantes es más poderosa que una ofensiva de tanques y misiles.
007: Al señor Ling le recuerdo
que he manejado tanques y que me cansé de liquidar orientales norcoreanos del
coronel Moon. Si no se acuerda, vea mi película “Die another day”.
YO: Por favor, señor Bond…
Hablamos de vínculos concretos entre los servicios de inteligencia y ciertas
estructuras del poder judicial…
007: Seré sincero, aunque no es
mi especialidad. En ocasión de una operación en Budapest, debí seducir a la
húngara Natacha Dorzsebet, esposa de un prominente juez, quien llevaba una
causa contra un empresario ruso, Alexey Sozlov. Dejando de lado que con la
señora la pasamos joya, el objetivo era que a través de…
LING: ¿Mistel Bond también se
galchó a la vilgen Malía?
KUMIKO: Perdón, mi padre se
refiere a cierta ostentación que el señor Bond pone de manifiesto con sus
aventuras sexuales.
YO: Lo siento, pero así no
podemos seguir. Señor Bond, está usted en línea. Señor Bond…
LING: Blitánico cagón. Coltó la
intelnét.
YO: Una pena, señor Ling.
Aprovecho para preguntarle…
KUMIKO: Mi padre Hui no
responderá más preguntas. Dice que lo único que lo divierte en estas
condiciones radica en enfrentar al agente inglés. No siendo así, prefiere
callar.
YO: Pero…
LING: Zai jian, señol.
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