Vista la revival que viene acamalando el caso Nisman, a un
año y poco más de que se apuntara fiambre en el derpa que el boga tenía en el
abacanado rioba del topuer, y pelito al cielo con el parlamento que el capo
servis, Yimi Stiuso, le dedicara a la jueza Palmaghini, a saber de 17 horas
sacudiéndole carpetazos con tal de que se olvidara del asunto y le pasara la
mano a alguno de los federales más gomía pal entuerto, este cronista aporta con
la suya. Y es que centrojás de la noticia, manya que la cosa no es pa
mequetrefes. Así que así, gambeteando
entre papeles y escritos, ascultando en el invertebrado domún de la interné,
tres yornos atrás vino a dar con una sesuda investigación que mister Richie Westborne,
un periodista del Start Tribune de Huntsville, Alabama, publicó al efeto, no
sin antes aclarar, parolas más o menos según tradución gugle, que atento a la
sarta de güevadas con las que entendidos y no entendidos, incluyendo jueces y
fiscales federales capaces de morfarse una milanesa con dulce leche si hay marroca
o gentileza de por medio, siguen diciendo alegremente que al boncha lo mataron,
y esto sin que haiga una sola y miserable prueba física u ojetiva de que
así fue, una burrada más no afeta la credibilidá de nadies.
Estenso y enimático informe que ocupa varias páginas del Start
Tribune de Huntsville, el susodicho Westborne traza un semblanteo preciso de don
Natalio Alberto Nisman, desde una introspetiva siconalítica hasta su veleteo en el puchero judicial
con el caso AMIA, pasando por su yiraje esitoso en el universo de la tranza, del
toma y daca con las embajadas y los servicios, y así hasta el lutuoso final que
lo aposentó en las faldas del Ñorse o del Diablo, nunca se sabe. Como muchos colegas
criollos, el notero de Alabama parte de la hipótesis de que al fiscal lo surtieron.
Lo novedoso de la interpretación, en todo caso, es el rol protagónico que en el
desenlace habría tenido la agencia CONTROL, y más precisamente, el conocido
agente 86 del recontraespionaje, Maswell Smart, así como su jermu, la 99.
Pa entender de la cuestión, los letores más purretes
deberían arrimársele a la estraordinaria serie televisiva de los tiempos del
blanco y negro, hoy de aceso facilongo por la vía internética. Pero yendo al grano
que todavía supura, hay que decirlo, Richie Westborne no le hace asco a una
labia afilada como cuchillo carnicero y calza de introducción, cito testual, tradución
gugle mediante: “Es sabido que en los
países del Tercer Mundo, los sistemas judiciales son una joda loca (de Crazy
Party)… el fiscal argentino (N.A. Nisman) reportó a CONTROL
durante más de diez años para mantener la causa AMIA a conveniencia de los
gobiernos israelí y americano. Cuando el gobierno comunista de Obama cambió su política hacia Irán y con
esto se enfrentó a Tel Aviv, el doctor Nisman dejó de ser operativo (…)”
A continuación, el notero del Start Tribune de Huntsville se
ensarta en una analis que concluye así: “Moscú
(Vladimir Putin), a través de la agencia KAOS, presionó a la Presidenta Kirchner
para que reorientara la causa AMIA,
obligando a renunciar al fiscal Nisman y designando en su lugar a un fiscal
comunista, chavista, drogadicto, negro, mulato o similar” (…) “En
contraposición, para CONTROL, el fiscal argentino, una vez finado en extraña
circunstancia, podía prestar un último servicio si se lograba chantar la
autoría al gobierno comunista de la Presidenta Kirchner (…) la operación de
limpieza le fue encargada al súper agente 86, Maxwell Smart.”
Así que así, Richie Westborne aporta sus pruebas más que
concluyentes a su ver. Pal caso, asegura posta que el entrecruzamiento de
llamadas analizado en el zapatófono de 86 y el privado de la 99, confirma el
acionar de la pareja en al menos dos intentos frustrados pa liquidar a Natalio.
El primero de ellos, en ocasión de unas vacaciones del fiscal en Cancún, cuando
Maswell Smart haciéndose pasar por barman mejicano, “convidó a su víctima con una copa de Cuba Libre, incorporado un poderoso veneno, llo cual puso
en alerta a la agraciada joven que lo
acompañaba, no sólo por tratarse de un trago con reminiscencia bolchevique cuanto
por el extraño acento idiomático del barman. El servicio de Cuba Libre,
lamentablemente, fue ingerido por un turista alemán, Otto Klissberg, quien falleció en su
habitación del Crown Paradise Resort. El incidente fue definido por CONTROL
como daño colateral”.
Un segundo intento se sitúa en Santiago de Chile donde, siempre
de acuerdo al pasquín de Alabama, Nisman solía pasar unos días de relás en
compañía de un gomía y ladero, Diego Lagomarsino, alquiriendo para su regreso a
la Argentina una llamativa cantidad de produtos tenológicos que introducía chapeando
con su cargo de fiscal en los controles de frontera. Espresa la investigación
que “Maxwell Smart se disimula como
director de conserjería en el lujoso hotel Grand Hiatt Santiago y allí toma
contacto con el fiscal, a quien ofrece un booking de acompañantes femeninas(…) apelando
a su histriónicas y ocurrentes maneras, lo
convence de contratar a una joven y atractiva señorita que en definitiva, no
era otra que la agente 99”. Un nuevo entrecruzamiento de llamadas en el
zapatófono del súper agente revela que “la
99 debía seducir al fiscal y una vez en su habitación, provocarle un infarto de
miocardio a partir de una práctica sexual aberrante”. Este procedimiento fue desbaratado por la
agente de KAOS, la hermosa bielorrusa Tanya
Vorobiova, quien al parecer, se adelantó a la maniobra para poner a salvo al
fiscal con la ayuda posterior del venezolano Raúl “Chévere” Carrión, director
de una ultrasecreta célula chavista. Al respecto, se queja Maswell Smart en una
comunicación con El Jefe refiriéndose de manera mordaz respecto de los
atributos físicos de la 99: “es muy
flaca, Jefe, y le faltan tetas”.
Hacia fines del 2014, el periodista del Start Tribune viajó
a Buenos Aires según él mismo lo revela. Allí se entrevistó con la entonces
diputada Laura Alonso, de aceitados vínculos con agencias de estadounidenses de
influencia para América Latina, quien le habría manifestado, refiriéndose a
Nisman, “a este boludo hay que apurarlo,
tiene que presentar la denuncia contra la yegua y bancarse lo que venga”. La
misma diputada le habría asegurado que su amiga, también diputada, Patricia
Bullrich había viajado recientemente a
Washington DC con la intención de entrevistarse con El Jefe en el 123 de Main
Street, donde funcionan las oficinas de CONTROL, que si bien había superado las
cuatro puertas automáticas de ingreso, no se le había permitido acceder a la
cabina telefónica que da entrada a las dependencias centrales del
recontraespionaje. En esas circunstancias, habría dejado por escrito en el
libro de quejas de la organización un mensaje claro y contundente: “Urge tirarle un muerto al régimen. Buenos
Aires es el mejor lugar”.
Según Richie Westborne, cito testual: “CONTROL
tomó nota de la opinión. Una encomienda girada a los despachos de la diputada
conteniendo una caja de vinos James Berry Vineyard Paso Robles 2007 de Saxum, producido
por Justin Smith en Baja California, confirma que la organización ponía en
marcha su plan definitorio. En diciembre del 2014, Maswell Smart y la 99 llegan
Buenos Aires en vuelo privado y se registran en el Plaza Hotel como parte de
una contingente de turistas israelíes de nombre Samuel Abrahamson y Ayelet Gurevich. El arribo del súper agente 13, pieza
fundamental en el operativo, disimulado según su costumbre en una caja cartón
de Marlboro Light, pasó sin problemas por aduana”.
Naboleti en blanco y
negro, está claro que Maswell Smart pintaba un nuevo fracaso y la 99, naifa de
las de antes, seguía los pasos del dorima. Pero la suerte que es grela les vino
de ayuda. Según sarepe, sólo por casualidá, Natalio le había mangueado al amigo
Lagomarsain un bufo de los berretas, un calibre 22 más viejo y dudoso que el
mismísimo 86, casi seguro que pa ir a cazar pajaritos con las hijas un día de
esos, ni en pedo que pa otra cosa más pior. Asegún el notero Westborne, y aquí
se resume la opereta, costa en filmaciones de las cámaras de seguridad del
ranchito de Puerto Madero, que Maswell Smart y la 99 tocaron el portero elétrico
en la planta baja y hablando en idish lo entretuvieron al fiscal endemientras
el agente 13, de innata habilidá para atuar en los lugares más insólitos, se enchufaba
por las cañerías del agua, salía por la bañadera del baño, cazaba la pistola 22
que Natalio tenía en la zapie y volvía al baño. Lo demás, va por hipótesis del
periodista del Start Tribune, a saber que finada la conversa por el portero
elétrico y atenti que la vítima cazó al vuelo que el idish de los fulanos era
más trucho que faso paraguayo, cosa que nunca le abrió la tapuer de abajo,
volvió antroden del baño, se echó un pis, se arrimó al espejo pa verse la jeta
y pasarse una rasurada, y de la bañadera apareció el agente 13. Ni tiempo le
dió pal susto. Le sacudió el balazo en la sien con la 22 y se mandó lo más
pancho por donde había entrado, es decir, por la cloaca. El ojetivo estaba
cumplido: Natalio aparecería asesinado por el gobierno kirrnerista, un día
antes de que presentara la denuncia contra la Presidenta.
Pero la torpeza congénita de Maswell Smar encarajinó la
menesunda. Ni él ni la 99 tomaron nota de que los guardanucas del fiscal, que
estaban ajoba del edificio jugando a las bolitas, eran agentes de KAOS.
Cuestión que cuando subieron al derpa y vieron la escena del crimen, isofato se
contataron con la central KAOS Argentina y aquí aparece una figura fundamental,
el chino maoísta Cheng Gong Zhou, titular de un supermercado Gong en el barrio
porteño de Villa Crespo con lo que disimula su acionar en el recontraespionaje.
Esplica Richie Westborne: “El agente Zhou
concurre al lugar del hecho en compañía de su esposa, Mei Liu, dos hijos, tres
sobrinos y la abuela Maylin. Aparcan una camioneta Chery sobre Avenida Madero y
caminan 500 metros llevando consigo diversos elementos de aseo. Expertos en el milenario
arte de “limpiar” escenas de sangre, los orientales de KAOS utilizan un
producto de nombre Mr. Músculo y la hija menor de Cheng Gou Zhou, la diminuta
Akame, acomoda el cuerpo del fiscal de manera que simule un suicidio y sale del
baño por una rendija milimétrica que su madre Mei Liu sostenía abierta con un
alambre, naturalmente, de origen chino”.
Las conclusiones finales del notero del Start Tribune de
Huntsville, Alabama, no merecen mayores comentarios. A través de un correo
letrónico que me envía, me agradece posta que agregue su testimonio a las
atuaciones judiciales en marcha, convencido de que una güevada más será de gran
utilidá pa la viuda del ociso, la mersa tribunalicia toda y, fundamentalmente,
un aporte de alto valor sentimental para la Revolución de la Alegría.
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