lunes, 13 de junio de 2016

¿Quién no la tiene afuera?



Nadie puede llamarse a engaño. En mayor o menor medida, todos o casi todos los argentinos, tenemos dineros en el exterior, oportunamente declarados ante el fisco en algunos casos, fugados en lúcidas y creativas  diligencias que no hacen más que dar prueba del corajudo ingenio que nos luce grandes de cara al mundo. Reconocerlo públicamente, como lo ha hecho en el frugal almuerzo de la señora Legrand nuestro presidente del Banco Central, Carlos Melconián, pone en evidencia su hombría de bien y su pertinaz voluntad de no escatimar argumentos para esclarecer a la ciudadanía en estas horas, cuando ciertas minorías se empeñan en retorcer con vanas y falaces evidencias, una realidad que no se puede negar.
Afortunadamente, nuestro pueblo, curtido en innumerables gestas reparadoras, asume con hidalguía el esfuerzo que la encrucijada reclama. Desde las primeras horas del día de hoy, he advertido con indisimulable regodeo la formación a largas colas de conciudadanos en las puertas de las sucursales bancarias solicitando información para repatriar sus ahorros depositados en cuentas que las mismas instituciones poseen en diversos rincones del orbe. Esforzados trabajadores, humildes amas de casa, cooperativistas de servicios, estudiantes con su dicharachera vocinglería, modestos horticultores, jubilados que roban horas a su merecido descanso junto a empresarios fácilmente identificados por sus portes sobrios y galanos, todos y cada uno, unidos en la común apetencia por ser parte de la gesta a la que nos convoca nuestro gobierno.
Para mi sorpresa, esta misma tarde he recibido una misiva de Edison Guzmán, presidente de la comunidad boliviana de La Plata, en la que convoca a todos sus compatriotas nacionalizados a proceder a la inmediata restitución de las sumas  giradas a sus familiares del altiplano en los últimos diez años  como producto de su actividad local en minifundios, verdulerías y afines. En el mismo sentido, se ha expedido horas atrás la “Unión de Trabajadores Paraguayos de la provincia de Corrientes”, a través de su secretario general, Artemio Cristino Almirón, y la “Comunidad Chilena Patagónica Manuel Rodriguez de Santa Cruz y Tierra del Fuego”, todo lo cual demuestra la solidaridad de los pueblos hermanos de Sudamérica. Pero sin duda, nada ha sido hasta aquí más emotivo que el llamado del “Centro de Jubilados y Pensionados  La Cuerda Floja” de Florencio Varela, que a través de un bando conmovedor, apela al conjunto de la tercera edad para repatriar los dividendos derivados de sus ingresos y depositados en diversos paraísos fiscales.
Por mi parte, desconozco dónde y cuánto, aunque tengo la certeza de que debería constar a mi nombre o en cabeza de testaferro que no imagino siquiera, alguna suma en dólares en cuenta bancaria que no recuerdo haber denunciado, acaso en Delaware, en Suiza, Luxemburgo o en alguna isla antillana, y en tal sentido, me comprometo a realizar las averiguaciones del caso, viajar para interiorizarme en el asunto, y hacer uso del gentil blanqueo de capitales inspirado por el superior gobierno para contribuir también al sostén de esta hora.             

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