viernes, 7 de octubre de 2011

Gran Pinic de Primavera


Nomás que haciendo la plancha, la Cristina gana por varios cuerpos, reza de entrada el Rengo Marinelli, apuntándole un dedo a la pizarra estadística que cuelga de la ganchera.
Indiferencia asoluta en la mesa de costumbre, no es novedá. Desgano o apatía de la mersa, la cosa es preocupante. A dos semanas de la gran cuadrera elecionaria, llama la tensión que tan poco se parle de lo que viene. Mustia la yeca, cero pintada y poco cartel, nomás cada tanto una mesita de campin con la purretada repartiendo volantes más sosos que ensalada de lechuga sin sal, nomás con la jeta de un candidato mistongo, sonrisa Colgate, retrato fotoyop y consinna más melosa que teleteatro colombiano.
Más que preocupante una cagada, fundado argumento del profe José Ricardo Sampietro que traigo a colacción en esta distinguida mesa a cuento de que quiso la gracia me lo encontrara vez pasada en el gran pinic de la primavera organizado por el glorioso. Varón jubilado de la ciencia dura, matemático dotorado en Milán y filoso lenguaraz, sabido es que donde hay vino del común, choripán y orejas que lo escuchen, allí está el hombre batiendo su justa.  Así que nomás se me apelechó, vaso plástico de Uvita dulce en la zurda, otro igual en la diestra pa convidarme, tiró de un saque: ya ni pa versearnos se toman la molestia, hermano, mucho candidato, mucha caripela pero minga de propuesta.   
Difícil discutirle al profe Sampietro, más mejor dejarlo parolar hasta que se le seque el garguero. De la contra ni hablar, como que tampoco me importa, siguió diciendo, pero sí del kirrnerismo, y a ver si nos entendemos, ¿qué sinnifica eso de profundizar el modelo? ¿Hay un plan? ¿ideas posta? ¿Pa dónde vamos? ¿Reforma del sistema impositivo, del sistema de salud, del sistema educativo? ¿Reforma costitucional? ¿Costrución de un nuevo poder político popular? Y sonrisa sobradora del profe Sampietro:  ¿socialismo nacional?
Demasiadas preguntas para un escriba que poco manya del asunto. A mi ver, hay un proyeto más o menos piola, le esputé como venía, lo de la ciencia y ténica, los de los polos industriales. Pero el profe me madrugó certero: Mirá, pibe, la cosa es que si no tirás un cambio el motorcito se te queda en segunda y cagaste, las leyes naturales del capitalismo te garcan a la final  y sos pan comido para las fieras. ¿Capishe?
Mutis meditante de este escriba y vacío el vaso de Uvita. Sin nafta se me achicharra la lengua, me dijo el profe, dio media vuelta y se fue como hinotizado atrás de la hija del tano Martella que justo pasaba por ahí moviendo un budín molumental que ispira hasta los muertos.
Pinic bacanal que amerita la primavera desde el tiempo de los grecios,  mantelito a cuadros sobre la graminia, sánguches de mortadela y salame, naranjada pa regalar, la comunidá boliviana dijo presente y, como es costumbre, el maestro Franklin Hernando me convidó con un vasito de chicha que no pude dispreciar. El comandante Evo no la tiene fácil, me sacudió de sopetón, la derecha reacionaria imperialista lo quiere voltiar y hoy más que nunca los revolucionarios de la madre tierra precisan de gobiernos amigos en América Latina.
Albañil especialista en revoque fino, esquisito trapecista de los andamios, hijo pródigo del Alto paceño, humildá a prueba de balas  y diplomado en la historia de Koyasuyo, según afirma, Franklin Hernando se apunta recatado y afín a la no intervención en los asuntos internos de un país hermano que le ha dado cobijo, me reconoció, pero el brebaje del maíz ancestral me baila un taquirari en la boca. La presidenta Cristina tiene la bendición del Inti y la Pachamama, apoyo irrestrito del proletariado revolucionario boliviano y de los heroicos pueblos originarios, brindó sin hacerle asco a la chicha, salú camarada.
Bien que la menesunda etílica me daba cosquillas en la barriga, enderecé los pasos a como pude pa responder al saludo del turco Jazzal, cumplidor al festejo fulgúrense con toda la parentela alrededor de una mesa de campin. Fatay a discreción, yagwarma de rechupete y como fasos envueltos en hojas de parra, el turco me convidó con un anisado de propia fatura que me pegó  como trompada de Casius Clei. Alá es grande, me dijo, su visión que todo lo abarca hoy acompaña la primavera árabe pero no manya baclava con vidrio. Atrás del bolonqui se apilan los mannates  petroleros de la vieja Europa, caso Libia y Yemén, así que atenti a la estrilada.
Ex secretario del Centro Sirio Libanés, maestro tapicero y titular de Sedería La Fabulosa, don Raúl Jazzal se ha gastado fortuna en naipes y mujeres. De esposa, una que lo soporta, pero de queridas varias, no es de estrañar que se haya enamorado también de la presidenta después de la cuarta copa de anisado. Gema del Sahara, me dijo, Cleopatra más linda que la que se manducó al Marcantonio, envidia de los Césares, tiene labia e inteleto de estadista, polenta y decisión, cómo dejar de apoyarla en todos los sentidos, siguió el turco regalando un guiño de ojo, además la sedería anda un kilo en ventas. Ponele un gancho que Alá la ilumina, concluyó.
Y así que seguí la recorrida en el gran pinic, las tres copitas de anisado agregadas al Uvita y a la chicha me empezaron a dar como retorcijones. Canchita de fulbo, arcos improvisados con piedras y palitos, había que ser mago pa saber dónde estaba el travesanio. Que fue gol o no, adentro o afuera, el gordo Palestra mandó a todos de paseo y así dijo, ma sí, métanse el fulbo en el culo. Escusa, me aclaró aparte, la verdá que estoy muerto y ya me dan calambres en el glútio. Vení que te invito una cervecita.
Cuarentón sencillo el gordo, de política no cazo uan, me alvirtió, de eso entiende la bruja. Es decir, Carmencita, la esposa atual, que apenas nos vio venir, como presagiando intenciones, peló de la yelera de tergopol una botella de Quilmes.
Dama de pocas pulgas y lengua rápida, delegada de la testil hasta la quiebra, combativa puntera de barrio, Carmencita opina sin que le pregunten. El problema son los buitres, me explicó, y hay muchos que van al acecho pero el más peor es el Manco. No entiendo a la Presi. En estas eleciones, cualquier candidato con la bendición de ella ganaría sin despeinarse, ¿para qué darle aire al motonauta?, ¿cómo te lo sacás de encima después?, ¿o es que el proyeto se termina en cuatro años? Conozco la fauna desde adentro, nene, si no limpiás cuando tenés banca, te morfan en cuadraditos con el primer trompezón.
Bien fría la Quilmes, una delicia pal garguero. Sentado en la graminia, el pinic me daba vueltas y la voz de Carmencita era como una melodía que venía muy de lejos. Por eso lo banco al gordito Sabatella, sería catástrofe que el Manco sacara más votos que la Presi, alcancé a escucharle y chau, no me acuerdo más.
Tranca espelunante, susurra ahora el Negro Gutiérrez, el de la gomería de Cintura, el problema es la mezcla y encima hablando de política, peor. Por eso, yo cuando tomo un ferné, prefiero hablar de minas o de fulbo.
Negro bruto, vos ni con té con leche podés decir nada en serio, trina la Divina Colombres desde atrás del mostrador, a mí lo que me preocupa es que murió el estiviyós.
Silencio sepurcral. ¿Quién?, pregunta del fondo. El de la computación, sigue la Divina, el de la manzanita, dicen que nos vamo a quedar sin interné porque era el celebro de todo.
Silencio más sepurcral. Si se me permite y con todo respeto por la señora, irrumpe el doctor Salvatierra, me parece que está hablando pavadas. Lo escuché en la tele, aclara la Divina. Escuchó mal, discute el boga. Escuché bien, insiste la Divina y lo mira al Rengo Marinelli, dale, decile que vos también escuchaste.
Varón paciente como pocos, el Rengo sigue estasiado con su pizarra estadística eletoral. Asegura que si acierta en porcentajes, tiene conchabo firme en consultora de prestigio internacional. Del Fulgor de Mayo a Wáyinton, dice, imaginensen lo que los voy a estrañar.    

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