lunes, 2 de abril de 2012

Balance y cornalitos

Alta concurrencia a la consabida mesa del bar buffé, semos los de siempre y otros más. Primer aniversario del blospot fulgurense, brindis y festejo anunciado aunque debate y autocrítica también, justo y nesario que se apersonaran de la CD sus miembros rutilantes, a saber, don Leopoldo Sastre, presidente en ejercicio, Carlitos Maldonado,secretario, la Turca Bassur por la combativa Comisión de Damas y más otros como el Cabezón Lagomarsino. Pero madrugó a la festichola, mismo que virus de la gripe, negro nimbus de turbión sobre su prístino delantal de la docencia, Sarita Amati, socia activa del glorioso y diretora de la Escuela 24 de acá la vuelta. Ni en preparativos la primera ronda de vermuces, en trance de reposo las asentaderas, sacudió malaria como con bronca y junando: las maestras están indinnadas por eso que dijo la Presidenta en el Honorable Legislativo, que nos quejamos al cuete, que tenemos tres meses de vacaciones, mentiras, labia de tachero que escucha radio diez, a Fernanda, la señorita de 2º grado le dio la depresión y Rosita, la de 5º, amenazó con suicidarse a lo bonzai. A lo bonzo, como los monjes, la corrigió el doctor Salvatierra. No, a lo bonzai, por redución corporal.

A la gorda no le vendría mal bajar unos kilos, opinó el Negro, bueno para nada, fuera de sintonía como siempre. Y furimunda mirada de la diretora, amenanza en puerta: esijo repudio istitucional a las espresiones de la Presidenta o renuncio al club de los amores y mismo aquí le prendo fuego al carné, he dicho.

Arranque a cien por hora, mesa rante de gomías decidores, ta claro que este no es el ámbito apropiado pa ninguna declarativa, intentó esplicar Carlos Maldonado, secretario aljunto, y aunque así fuera, su solicitú no está en la orden del día. Y razón que le cabía en parte, más mejor sería elevar sugerencia a la CD que se reúne los días miércoles, concluyó. Pero minga, ni Sarita Amati se había avenido para volverse con las manos vacías ni nadies de esta mesa la escapado nunca a la solidaridá. ¿Comisión redatora aquí mismo, en la mesa de al lado?, invitación del Rengo Marinelli que ya aprontaba las primeras copas. Ni falta que hacía, la diretora tenía preparado el pronunciamiento de labia cuidada con distingo a la vestidura presidencial pero quijostesca en la denuncia: retire los dichos, su eselencia, que hasta los estadistas saben reconocer errores.

Todo bien, pero a la hora de poner el gancho, el más guapo duda. Firma de los aquí presentes a esección de Carlitos Mercier, peronista de Perón, que hay que ver qué opinan los muchachos, se escusó, nadies se apila de contra cuando el que conduce pinta ganador. Y así que cuestión resuelta, giro de la declarativa a la CD, vamos a lo nuestro, que es un año del blospot y el brindis pide cancha.

Entrada con tuti. Gancia con limón para todos y surtidos ingredientes que la ocasión justifica. Lo de siempre, manices, palitos, aceitunas, más mila en cuadraditos, fritas de cocina, vinagreta y por la baranda que ya inunda el buffé con su aroma oceánico caraterístico, frutos del mar al caer. Eseccional. Cornalitos que estaban de oferta, anuncia la Divina Colombres desde el fogón, pero no se atraquen, hay para todos pero coman con delicadeza.

Un año en la interné, ¿por qué el Fulgor de Mayo no tiene atividad en el féisbuc ni en el tuíter?, aviesa inquisitoria con aire crítico de don Leopoldo. ¿Y eso?, pregunta por pregunta que sacude el Negro Gutiérrez, que algo del feisbu oyó hablar al hijo. Así que larga perorata de don Leopoldo para hacerle entender al Negro de lo que se trata una red social, y es al cuete, concluye justo ahora, es como hablarle a una ternera en la puerta del matadero. Vamos de nuevo, ¿por qué no estamos en el féisbuc?

Silencio meditante. Las mila en cuadraditos están de rechupete y los faroles de gancia se evaporan como charco en enero. Nadies aquí se da por erudito en la ciencia computadoril y menos le sobra el tiempo a ninguno pa estar el santo día pegado a la máquina, sugiere el Ruso Urbansky mientras se acomoda la postiza. Y esposición que se agradece, si se me permite, se anuncia el doctor Salvatierra, nuestro humilde blospot es una simple página literaria de hondura faraónica costruida con enjundia espartana, campo de batalla idiológica, acuosa batea de los desheredados, ramplón decir, si se me permite, ámbito feraz de la letura que abona en casi mil correos letrónicos mensuales. Nuestro blospot esige letura crítica, atividad masticatoria y deglución inteletual. ¿Qué se ganaría en ese féisbu plagado de liliputenses espresiones, vacíos me gusta y no me gusta, ascrición de amigos que no son tales? ¿A dónde nos llevaría el insípido tuíter sino a resumir toda gansada en pocas palabras? Con todo respeto, estimados amigos, me opongo.

Acuerdo de mayoría, agradecidos todos de que el boga no se haya esplayado en los clásicos griegos, irrumpe la Divina Colombres camino de la cocina con la primera tanda de cornalitos: pal feisbu hay que estar todo el día conetado, es decir, al garete, con perdón de la palabra. ¿Y a donde la mala palabra que pide disculpa?, pregunta del Cabezón Lagomarsino, callado hasta aquí pero agrandado que viene con el trofeo obtenido en campeonato bochófilo del Cultural Sevillano. Mutis de la Divina, nomás deja la fuente con fruto de mar al centro de la mesa y vuelve a la cocina batiendo las ancas igual que modelo de alta costura.

Avalancha y manotazos a la porción ictícola, nomás don Leopoldo se banca compostura. Volviendo al tema del blospot, dice, hay preocupación en la diretiva por ciertas espresiones, sin contar algunas críticas recibidas que no han caído bien. Y así que así, pela del bolsillo manojo de meils recibidos, se chanta los lupines y lee, por ejemplo, personajes de un tiempo sin existencia, ahistóricos de un lunfardo olvidado, propuesta inverosímil, una porquería, y así de corrido, opiniones de las fuleras un montón. Debiera también leer las buenas, sugiere Carlitos Mercier, groso toco de letores que siguen a rajacincha los editoriales del bar buffé, varones y damas de letras muchos, no es pa tanto, don Leopoldo.

Tanta preocupación no se le vio al hombre vez pasada cuando la comemoración del 24 de marzo, istalación en las vederas del glorioso con una muestra del artista plástico Marcial Perrini y vibrante alegato de Camila Fernández, hija de desaparecidos, hay que decirlo y es opinión de este escriba, don Leopoldo no se arrimó ni pa saludar. Pero la busarda manda y nadies escucha. Las espinitas de los cornalos se me clavan en el garguero, se queja el Negro Gutiérrez, apurá otro gancia, Rengo. Y en eso va Marinelli, esperto en cóteles y tragos.

Callado hasta aquí, don Carlos Maldonado, secretario aljunto y olfa natural de don Leopoldo, tira con balín de aire comprimido mientras a lo Dartañán pelea por el último cornalito en la fuente: ¿el blospot, digo, no se podría escribir en castellano?

¿Y en qué está escrito, en japonés?, sacude el Negro Gutiérrez junando de coté la nueva fuente de cornalitos que arrima la Divina mientras desde el mostrador aclara Marinelli que no hay más, así que despacio pa sentirle el sabor, si morfan a lo bestia, les pongo mortadela.

Silencio mandibular, nomás se escucha crujir los pescaditos. Se estraña el sonido augusto de las bolas del billar, el aporte juvenil de Marito y el Oreja, hoy en mitin kirrnerista por la menesunda con YPF. Ausencia con aviso y nota que dejaron clavada en un taco, arriba del paño verde: viejos de mierda, escriban de la naciolización de los recursos nasteros.

Argumento para don Leopoldo, peiper en mano, ven lo que digo, hasta los pibes se contagian y redatan pal carajo, ¿qué les cuesta espresarse con altura? Asiente el secretario, como corresponde, y no así la Cecilia Bassur, bandera feminista de la Comisión de Damas, que no le importa como hablen pero sí de lo que digan. Esplíquese, doña, sugiere Mercier. Doña las pelotas, clava puñal la Turca, compañera es mejor, si les parece. Y nadies va a discutirle, sabido el caráter que tiene. Hágale nomás. Y le hace, que sí que no, sexistas, machistas, ¿por qué no hay mujeres en los editoriales del bar buffé?, y que si las hay, nomás por ovia referencia a culos y tetas, señores, nunca un ejemplo femenino de entrega y valor cosustanciado con nuestra reivindicación emancipatoria de género, fálicos misóginos, esigimos presencia y protagonismo en el blospot de nuestro club.

Silencio espetante y cruce de ojitos, sabido es que toda respuesta será usada en contra. ¿Qué es un misogi no sé cuanto?, pregunta del Negro Gutiérrez a la oreja del doctor Salvatierra que igual escucha la Turca y más peor se pone. Riansén nomás, dice, un día de estos vamos a ocupar una mesa del buffé, acá al lado, y vamos a escribir nuestro propio editorial.

Silencio respetuoso y faroles vacíos, tercera ronda de vermuces por aclamación. Nadies le discute a la Bassur por laureles ganados en la historia del glorioso y del ispa todo, mina de ovarios cargados con dinamita, seis años a la sombra en Devoto, violada y torturada cuando la milicada, viene de comparecer en los juicios a los genocidas. A veces le patina el embrague y ve enemigos donde no los hay, pero se le disculpa, susurra don Leopoldo, ¿no hay más cornalos?

Una tanda más y basta, apunta la Divina, pa lastrar así váyansen al Ibérico. La prósima sale de mortadela, canta Marinelli. Fuente al centro más pijotera y avalancha.

El mujerío va a tener su espacio, irrumpe el Negro Gutiérrez y la embarra, como siempre. ¿Mujerío dijo?, pregunta indinnada de la Turca y quilombete en puerta, visto que no está sola. Trina la Divina y aplaude la diretora de la Escuela 24: ¿Mujerío?, escuchenlón, ¿así se le habla a las compañeras? Tranqui, chicas, quiere apaciguar Carlitos Mercier, peronista de Perón fultaim, la Rama Femenina siempre tiene un lugar en el movimiento aunque no se note, mismo que las manzaneras. Y peor se pone la cosa. Lo de Mercier huele a chanza y urge la voz preclara del doctor Salvatierra, que no ostante se demora en un combate desigual con Lagomarsino por el último cornalito. Rápido pal manoteo, el bochista campeón puede hablar y comer a la vez: no hagamos del festejo un rinsai sesual, a taitas y grelas nos une el amor y el espanto.

Carraspera de cuarenta años de faso, el doctor Salvatierra amaga un driblin de oratoria pero se le adelanta la Divina Colombres como adivinándole intención: usted es el menos indicado para hablar, cuatro divorcios encima, ninguna mujer lo aguantó. ¿Y eso qué?, pregunta el boga, ¿acaso en el Olimpo los dioses y diosas no se divorciaban, no se metían las guampas?, si se me permite, lo suyo, señora Divina, es una católica concección puritana, ergo machista demodé. ¿Demo qué?, pregunta del Negro Gutiérrez. Fuera de moda en franchute, le esplica el Ruso.

Lo que está fuera de moda es el blospot, interviene de nuevo el secretario Maldonado, ni un dibujito, carencia de imágenes, en la inerné eso no sirve. ¿Qué les cuesta poner aunque sea una foto?

Silencio sepurcral. Si quieren yo me ofrezco para posar, se apunta la Divina Colombres, que veinte años atrás fue reina del alcaucil en los pagos de Arana. ¿Vestida o en cueros?, pregunta lidibinosa de Carlitos Mercier. Más respeto, sugerencia del Rengo, dorima púa, así como la ven, cuando se produce, la Divina es un bombón. De cianuro, cuhetazo del Negro. Y otra vez la Turca Bassur: siguen tratando a la mujer como un ojeto, parenlán.

Más silencio. ¿Y los cornalos?, pregunta de don Leopoldo. Se los comieron todos, no se haga el fesa que usté también le dio parejo al diente, razona Marinelli, si quieren, hay mortadela.

Se agradece pero no, está bien, faltaba más. Copitas pal brindis, eso sí. Sidra y fresita, osequio de don Lepoldo. Un año del blospot en la interné se merece y próximo ojetivo de dos mil meils mensuales, ¿no será mucho? Ni tanto, nomás para empezar, alvierte Mercier y chanta másima justicialista, la única verdá es la la realidá.

Y ya el escabio se amura a las neuronas, más mejor dejarlo así, saluti a todos.

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