jueves, 27 de diciembre de 2012

Poética talibán



Por Marisol Garmendia


El Cara Cortada

A la yuta batió que él la fajaba 
por celo enfermo que le tenía,
por puta costumbre, por decir nada,
que después el varón se arrepentía.

Y ella, buena mina, lo perdonaba.
Porque si. Al fin, porque lo quería.
Y de yapa, los dos se daban la biaba
con anfetas, fumo y porquería.

Chantó que lo esperó aquel día:
que al cabo del amor él le rogara
perdón por todo el mal que le hacía,

y no que en atorro se le escapara.
Bronca. Se pasó de frula la tía
y en su mambo feliz le tajeó la cara.

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